
Por Efrén San Juan VI
La elección de magistrados, jueces y ministros que se avecina en el Estado de México representa una transformación profunda en la vida democrática del país. Por primera vez, la ciudadanía tendrá la oportunidad de participar directamente en la selección de quienes impartirán justicia. Sin embargo, este proceso corre el riesgo de naufragar en la apatía y la confusión si no se atiende un aspecto fundamental: la falta de información clara y accesible sobre cómo votar.
A menos de dos semanas del día clave, es evidente que hace falta un acordeón ciudadano, una guía útil, práctica y masiva que oriente al votante en lo esencial: qué se elige, quiénes son los aspirantes, en qué regiones o distritos se puede votar, cómo se emite el voto, y cuál es la fecha y dinámica del proceso. No se trata de un detalle técnico, sino de una necesidad urgente si se quiere evitar que esta elección se convierta en una oportunidad perdida.
Muchos aspirantes han enfocado su campaña en promover su trayectoria académica o su experiencia profesional —lo cual es valioso—, pero pocos han entendido que, sin una ciudadanía bien informada, no habrá electores suficientes para legitimar su aspiración. Difundir el acordeón ciudadano debería ser la prioridad número uno de todos los contendientes.
Pero no sólo ellos. También los ciudadanos organizados, medios de comunicación locales, líderes sociales y plataformas digitales deben sumarse a este esfuerzo. Un simple video explicativo, una infografía compartida en WhatsApp, un volante en la plaza o una charla informal puede marcar la diferencia entre participar o no participar.
Es paradójico que se quiera democratizar al Poder Judicial, pero se mantenga al ciudadano en el desamparo informativo. No basta con abrir la elección al pueblo; hay que llevarle las herramientas para ejercer ese nuevo derecho. Hasta ahora, las autoridades electorales han sido omisas en garantizar una campaña de información masiva, y los aspirantes han apostado más por el lucimiento personal que por un trabajo colectivo de pedagogía electoral.
Además, ha faltado visión de alianzas. Quienes aspiran a ser parte del nuevo Poder Judicial han dejado pasar la oportunidad de sumar fuerzas con otros aspirantes (a diferentes cargos, pero del mismo distrito), para organizar esfuerzos conjuntos de promoción y orientación. Si el objetivo es vencer el abstencionismo, entonces la unidad territorial y el trabajo en equipo resultan fundamentales.
La democracia no se construye sólo con votos, sino con conocimiento, participación y responsabilidad cívica. En este proceso judicial histórico, el mayor riesgo no es que gane un mal candidato, sino que no vote casi nadie. Por eso, insistimos: urge un acordeón ciudadano.
Y más aún: urge que alguien lo difunda masivamente. Porque en esta elección no ganará el que más promesas haga, sino el que logre que más personas lleguen a la urna, sabiendo exactamente qué hacer.